jueves, 1 de abril de 2010

An old memory.


Anhela tu boca el beso que se alejó de ti cubriendo el amargo futuro con turbios embustes que tú te creíste. Anhela tu mente el saber que alguien te ama, que eres querida, que hay alguien que te espera y que con cada roce de tu piel su pulso se acelera. Anhela cada poro de tu piel el roce de una mano que te sepa acariciar. Pero solo son eso, anhelos de recuerdos pasados… ahora simplemente me pregunto ¿Cómo anhelas todo esto, pero ya no quieres saber de su persona? De él, el que tanto te amó… ¿Es que te sientes engañada, verdad? Sientes que las palabras que su boca te dedicaba fueron tan falsas como los besos que un día pasado te dio.
Sientes odio hacia ese amor que sentiste, ese amor que removió tus entrañas de felicidad y más tarde de dolor. Si, dolor… tú sentiste que ese dolor que se internaba dentro de ti acababa contigo, deseabas que acabase, se desvaneciese, fuese la forma que fuese, al precio que hiciese falta.
Pero ya… todo está pasado, enterrarlo es la mejor opción, escudriñar en la herida solo fomentaría el desplome de la valentía recolectada para poder salir de esa fosa que un día fue cavada por tus miedos e inseguridades. Solo significaría la libertad del preso pasado que no volverá a tu lado. Déjalo encerrado. Déjalo ser un simple y viejo recuerdo de antaño.

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