viernes, 13 de mayo de 2011

Burned pages.


Las cartas del pasado arden entre recuerdos carcomidos por la realidad y es que realmente lo que el anhelo dicta es que la busqueda no está entre las palabras, está en todos aquellos pequeños actos por los que vives. Por todos aquellos actos ininteligibles. Razón de que ahora arrastres las manos entre cristales y clavos oxidados por el tiempo, tiempo que los has intentado esconder, alejados de todo movimiento, de todo sentimiento. Duele, duele y ves las páginas de calendario pasar, te tumbas en la cama y escuchas el movimiento de las agujas del reloj. "Más tiempo perdido" piensas. Y una nube de sin sentidos se te agolpa en la cabeza, y sí, sabes que antes de pisar la calle te vestirás tu sonrisa más deslumbrante. Sólo es otra carga más. Y sientes que te puede. Se derrumba sobre ti todo aquello que has construido. Miedos, pesadillas, desilusiones, complejos, solo te ciegan. Esto te destroza, te hace añicos las entrañas, te despedaza la lejanía, la centeza con la que conoces la imposibilidad. Pero no puedes permitirte más, volverás a coger gasas y esparadrapo, volverás a intentar curar aquello que solo sanaría quitándote la máscara.

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